¿Y ahora? Sobre el presidencialismo y el no lugar de los temas sexuales y reproductivos
Audio de la mesa sobre Derechos sexuales y reproductivos, del Conversatorio Político de Amnistía Internacional e INPPARES, Nuestros derechos en la Agenda Política, 10 de marzo. Hablan en el orden respectivo: Patricia Juárez de Solidaridad Nacional, Rosa Mavila de Gana Perú y Susel Paredes de Fuerza Social. Sofía Carrillo (LUNDU) fue la moderadora.
Con la coyuntura electoral actual, es difícil pensar que apenas hace menos de dos meses el aborto y el matrimonio gay eran parte del debate entre los candidatos presidenciales. Ahora, la diferencia entre uno y otro va más por el sistema político que desea imponer antes que su ideología: todos ellos se acercan más hacia el conservadurismo y la no discusión de temas como los ya mencionados.
En el debate de Amnistía Internacional, cuando llegamos a la mesa sobre derechos sexuales y reproductivos Solidaridad Nacional lo enfocaba como un problema de salud pública, sin tocar el tema de derechos excepto por el rechazo a la violencia y a crímenes de odio: es decir, no había una intención de atacar la raíz de estos actos. Su posición no ha variado, pero no podemos decir lo mismo de los demás candidatos. Si bien candidatos al Congreso como Rosa Mavila y Paloma Duarte por Gana Perú han afirmado estar a favor de la despenalización del aborto, la propuesta a nivel de partido es hacerlo en casos de violación y hacer el protocolo por aborto terapéutico. Aquí es importante preguntarse entonces qué es lo que pesa más: ¿el Legislativo o el Ejecutivo? ¿Quién, cuando comience el nuevo gobierno, va a decidir la agenda política: el partido, el presidente, o los que están cerca de él?
En el Perú, llevamos décadas de presidencialismos donde los parlamentarios pueden bloquear, innovar, criticar pero el que tiene la última palabra es el presidente. Ahora bien, ¿este esquema podrá ser quebrado? Y sobre todo, ¿hay alguno de los candidatos actuales que desee hacerlo? En los últimos tiempos hemos visto un surgimiento de grupos jóvenes, de mujeres, de poblaciones LGBT que se atreven a reclamar derechos y deberes que antes no se podían escuchar en ningún medio de comunicación, o si lo era iba acompañado de algún insulto estereotipado. ¿Qué curso va a seguir si llega un presidente al poder que no le interesa escucharlos? ¿Qué posibles conflictos generaría?
Ya tenemos conflictos de otros órdenes en nuestro país: étnicos, culturales, producto de la desigualdad económica y social. El escenario a futuro, salga quien salga, se configura como uno por lo menos beligerante. Es necesario entonces no solamente pensar en los candidatos a la presidencia, sino en qué rol cumplirán los futuros congresistas para respetar sus promesas y asegurar un balance de poderes entre su esfera y el Ejecutivo. Si no es así, toda propuesta será solamente anecdotaria.