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David Galliquio, su perro y sus mamitas. (Mamá te dice: aprende a dibujar)

Publicado: 2010-09-17

La primera vez que vi una historieta de “Lito el perro” no me gustó, debo admitirlo, pero de algún modo llamó mi atención y no porque me pareciera algo grotesco y tampoco fue el tipo de humor aunque lo que caracteriza a este personaje de comic creado por David Galliquio, un dibujante e historietista peruano bastante conocido y aclamado en nuestro medio que hace de sus comics una cuestión bastante ‘underground’ no es precisamente el humor en sus textos (que por lo general son textos bastante coloquiales) sino los gráficos que presenta: mujeres bastante voluptuosas,  encuentros sexuales explícitos, formas en general exageradas, cargadas  y a veces mórbidas que hacen que un primer vistazo a la historieta nos lleve al plano creativo – surrealista bastante peculiar de Galliquio y sea eso lo que nos atrape y en mi caso, lo que creo que hay detrás.

Hace poco escuchaba en una clase la función que el humor puede tener en una sociedad y se nos presentaban tres teorías, me quedo con una de ellas: El humor funciona en una sociedad como una válvula de escape.

David Galliquio, usa sus comics, sobre todo los gráficos, como válvulas de escape personales (él mismo nos dice en su blog: “soy solo un monstruo anormal que lo único que sabe hacer en esta vida sin sentido es dibujar para mi mismo.” “EXTRAER IMÁGENES DEL SUBCONSCIENTE ES MI MAYOR PLACER” ) que creo que reflejan escapes sociales porque se ven llenos de figuras sexistasracistas, entre otras (hay también denuncias sociales lo que muestra, una vez más, que el comic es un medio importante para difundir opiniones) que nos llevarían a pensar en este historietista como un tipo sumamente incorrecto políticamente pero que creo que solo dibuja lo que los demás llevan en la cabeza así que punto para él y digo esto porque si bien es bastante explícito en lo que dice y muestra (lo que lo llevó a ser censurado y no conseguir el ISBN para publicar el libro de “Lito”,  un perro hiper-sexuado y su personaje más querido y conocido lo que terminó por darle más publicidad y cabida en la librería Contracultura que apostó por Galliquio y su perro y ganó), logra cierta identificación con el público, lo hace reír, lo hace quererlo y se le considera un representante importante del comic en nuestro país.

Y debe serlo… yo no creo que Galliquio haga nade diferente de lo que hace “El Chesu”, por ejemplo, y este se vende en casi todos los quioscos de la ciudad. La diferencia es que David quiso un ISBN y alguien gritó “horror”, probablemente alguien que no sabía que podía encontrar lo mismo en la esquina de su casa.

Este dibujante pone sobre el tapete lo que la sociedad trata de esconder bajo la alfombra y a la gente le gusta… podemos encontrar sexismo en él, sí;  la cosificación de la mujer no es nada ‘caleta’  y a veces resulta ofensiva… pero extrañamente entretiene, te hace pensar en eso al menos (¿por qué le pedí prestado el cómic a Pedro?). En todo caso es hora de ir pensando en “Lita, la gata” y ver si somos capaces de dibujar las cosas como nos la imaginamos pero no decimos (porque una señorita no habla de esas cosas… o no de ese modo).

Mamá te dice: Si no te gusta Lito, déjalo, pero déjate de cucufaterías hijita y ponte a dibujar que también tenemos cosas que decir.


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Lo que Mamá no Dijo

... tu papá tampoco